Hace ya unos años me mudé con la que hoy es mi mujer a vivir al barrio en el que vivimos actualmente. Vivimos en la Parte Vieja de la ciudad y hay mucho comercio de barrio, pero sobre todo bares.
Al poco de instalarnos y empezar a hacer vida en el barrio le dije a mi mujer:
“Hasta que no consiga que en el bar X se sepan mi nombre y me saluden al entrar no voy a estar contento.”
Nunca lo conseguí. No voy tanto a los bares como para que sucediera.
Pero lo que sí he conseguido ha sido que me conozcan en distintos comercios del barrio; la panadería, la frutería, la carnicería, la charcutería…
Tal vez no conocen mi nombre, pero saben quién soy y se portan bien conmigo, pero mejor con mi hija.
Me han fidelizado.
Ese era mi objetivo.
Conseguir que alguien me fidelizase y solo querer ir a comprar a esa tienda.
A todos nos gusta que nos fidelicen. Queremos que nos traten bien para tener una excusa para volver.
Esta es la base del inbound marketing y es el marketing que me gusta.
Mi objetivo con el marketing es atraer a la gente para conectar con ella y conseguir que compren. Y una vez que han comprado, fidelizarlos para que vuelvan a comprar.
Tengo una newsletter donde trato de fidelizar a quién se apunta. Mando tres emails semanales. Puedes apuntarte aquí abajo con un clic y si no consigo fidelizarte te puedes dar de baja con otro clic.